lunes, 18 de junio de 2012


 
                                                                                                                           Examen de la cabeza


Para la exploración clínica de cabeza y cuello se utilizan las 4 técnicas básicas de la exploración: inspección, palpación, percusión y auscultación. La inspección y la palpación son las más utilizadas es esta región.
Se puede examinar la cabeza y el cuello con el paciente sentado o acostado aunque la primera resulta mejor. El examinador puede estar delante, de lado o detrás del paciente como mejor se le facilite la inspección y la palpación.
Todo examen físico debe de ser ordenado, para no dejar escapar una región sin examinar. En general, el examen físico de cabeza y cuello es desde arriba hacia abajo.

Cuero cabelludo
Debe de registrarse la cantidad, textura y distribución del pelo en cabeza y cara. No es necesario inspeccionar minuciosamente la piel del cráneo .
Hay que palpar sistemáticamente el cráneo y cuero cabelludo con el pulpejo de los dedos de ambas manos aplicados sobre toda la bóveda craneal.
Para examinar el cuero cabelludo se debe separar el cabello para buscar y describir cicatrices, lesiones, abrasiones, escaras, nódulos, quistes sebáceos, etc., mencionando su localización y tamaño y se debe preguntar al paciente si tiene pequeñas masas, nódulos o cicatrices en su cuero cabelludo porque a veces se escapan de la atención del examinador aunque el paciente lo conozca muy bien.



Las cejas: las cejas pueden perder totalmente su pelo en afecciones causantes de alopecia total, una pérdida parcial de su cola se ha descrito como característica del hipotiroidismo y de la sífilis.

Parpados: deben examinarse primero cerrados y luego abiertos; Los parpados son asiento frecuente de edema por la laxitud de su tejido subcutáneo que les permite distenderse ampliamente.

La ptosis es el descenso o caída palpebral, puede ser unilateral (parálisis del III par craneal)o bilateral (miastenia gravis).

El enoftalmos es la disminución de la hendidura palpebral, se observa en la parálisis del simpático cervical o síndrome de Claude Bernard-horner, y a parece acompañado por miosis y anhidrosis.

El lagoftalmos es la oclusión incompleta de los parpados causada por exoftalmos (postración del glóbulo ocular) o parálisis facial periférica.

                                                         Ojos 





Hay que observar: estado de las cejas , forma de los ojos, dimensiones e irregularidades de las pupilas , posición del globo ocular y estado de esclerótica y conjuntiva.
Hay que hacer descender ambos parpados mediante la aplicación de la yema del del dedo índice en sus bases. Los parpados superior e inferior de cada ojo pueden ser separados simultáneamente y ampliamente colocando a modo de pinza el pulgar sobre el inferior y el índice sobre el superior. La eversión del parpado superior permite investigar cuerpos extraños en su cara interna. El paciente debe mirar hacia abajo mientras el médico toma el borde libre y las pestañas entre el índice y el pulgar. Tirara suavemente hacia abajo y afuera. Luego deberá colocar un objeto similar a un estilere fino. La disminución de su tono rosado o palidez es un signo de anemia, atreves de la conjuntiva bulbar se reconoce el color amarrillo de la esclerótica ictérica, que se hace mas evidente con la luz natural, puede aparecer petequias embolicas en la endocarditis infecciosa.
Examínense los movimientos extraosculares moviendo ligeramente un dedo hacia adelante y ataras mientras el paciente lo sigue con sus ojos manteniendo la cabeza inmóvil. Búsquense en particular los movimientos bruscos (nistagmos), la incapacidad para la convergencia, la caída de los parpados y los movimientos asincrónicos o limitados de uno a ambos ojos.
Determínese la reacción de las pupilas a la luz y la acomodación

Nariz



Se observa la simetría. Con los dedos se inclina la cabeza del paciente ligeramente hacia atrás y se proceda la inspección de ventanas nasales mediante la luz. Se observa el tabique por transluminacion proyectando la luz dentro de una ventana y observando por la otra. Se vigila con cuidado si hay perforación o desviación del tabique nasal.
Las desviaciones del tabique nasal forman una saliente asimétrica de este hacia un lado, mientras que las perforaciones se visualizan como una solución de continuidad.  Se producen en el glaucoma medio facial, la inhalación de cocaína y los traumatismos.
Se determina la permeabilidad de cada ventana nasal haciendo que el paciente respire por la nariz mientras se comprime alternativamente cada una de las ventanas. Mediante especulo nasal se puede efectuar una inspección más detallada de la nariz.

La rinoscopia posterior pertenece a la esfera de la ororrinolangologia, los senos paranasales deben explorarse mediante la palpación y la transiluminacion. La palpación se efectúa con los pulgares aplicados en la frente sobre el extremo nasal de las cejas y en las regiones infraorbitarias, ejerciendo una presión suave sobre cada seno, en forma alternativa. En la sinusitis puede depertarse un dolor localizado que sumado al dolor espontaneo y la rinorrea purulenta posee valor diagnostico.
.En la rinitis aguda y el resfrió común, la mucosa esta enrojecida y tumefacta, mientras que en la rinitis alérgica se presenta engrosada, pálida y grisácea.

Oído



Oído externo


Se examinan los pabellones auriculares. La implantación normal de las orejas se verifica trazando una línea imaginaria desde el canto externo del ojo a la prominencia del occipucio: el borde superior del pabellón auricular debe pasar más arriba de esta línea (en algunos trastornos cromosómicos, la implantación de los pabellones auriculares es más baja).

 La audición se prueba fácilmente frotando las puntas del pulgar y del índice juntas muy cerca de la oreja. La fuerza necesaria para producir un sonido audible por el paciente constituyente guía excelente para descubrir  un oído duro, ya que el oído normal puede percibir el menor movimiento de los dedos.


Otoscopía.

Es un examen para examinar el conducto auditivo externo y el tímpano. De acuerdo al aspecto que pueda tener la membrana timpánica, se puede obtener información respecto al oído medio (ej.: en una otitis media, el tímpano se ve eritematoso y abombado).
Para efectuar el examen, se usa un otoscopio, que es un instrumento con una fuente de luz y un juego de conos (o espéculos) de distinto diámetro. Antes del cono, se ubica una lente magnificadora (lupa), que permite ver mejor. Se usa el cono de mayor diámetro que calce bien en el conducto auditivo externo y se introduce con una leve inclinación hacia adelante y abajo.
Para facilitar la introducción del cono y tener una mejor visión del tímpano, se “endereza” el conducto auditivo externo traccionando la oreja hacia arriba y hacia fuera. La cabeza del paciente se inclina un poco hacia el lado contrario.
En la parte más externa del conducto se observan pelos y frecuentemente alguna cantidad de cerumen. En ocasiones el cerumen tapa totalmente la visión (tapón de cerumen). 
La membrana timpánica, en condiciones normales, se ve de color gris perlado, algo translúcida. Con la iluminación del otoscopio se proyecta sobre el tímpano un reflejo de la luz, en forma de triángulo, desde el punto medio (donde está el umbo), hacia delante. También se logra visualizar en forma tenue el mango del martillo (en el dibujo se muestra la proyección del mango del martillo, el umbo y la proyección del cono de luz, hacia delante, tratándose del oído derecho)
Al mirar la membrana timpánica, se puede encontrar:
Un aspecto deslustrado (algo opaco) o enrojecido del tímpano, por una inflamación del oído medio
Un abombamiento hacia el canal externo por acumulación de líquido en el oído medio
Una succión de la membrana al colapsar el oído medio si está tapado el conducto de Eustaquio
       Perforaciones, que pueden ser secundarias a antiguos procesos                 inflamatorios, muchas veces ocurridos en la niñez, o como parte de una otitis      aguda del oído medio
Cicatrices de antiguos procesos inflamatorios
Si el paciente tuviera una otitis media purulenta se quejaría de dolor (otalgia), podría escuchar menos y tener algo de fiebre. Al mirar el tímpano, se vería enrojecido, abombado, deslustrado, y no se distinguirían las referencias anatómicas habituales (el cono de luz, el mango del martillo)


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Evaluación de la audición.

Si el paciente requiere que le hablen más fuerte durante la conversación, habría que pensar que la audición está comprometida. Para detectar compromisos más leves se le hace escuchar el roce de los dedos o el tic-tac de un reloj. Si se requiere una información más completa, habría que recurrir a una audiometría.
La audición podría estar afectada por:
  • compromiso de la transmisión aérea: trastorno de conducción, en el que el problema está en el conducto auditivo externo (ej.: tapón de cerumen) o en el oído medio (ej.: daño en la cadena de huesecillos).
  • daño del órgano de Corti o del nervio auditivo: trastorno sensorial.
Usando un diapasón se podría tratar de diferenciar si el defecto es de la conducción o es sensorial. Se recomiendan usar un diapasón que vibren entre 500 y 1000 ciclos por segundo (Hertz o Hz). El oído normal puede reconocer vibraciones entre 300 y 3000 Hz.

Test de Weber:

Si se apoya el diapasón vibrando el la mitad de la frente (o en la línea media del cráneo) en una persona con audición normal, ésta va a sentir la vibración de igual intensidad en ambos oídos. Si en ese momento, se tapa un oído con un dedo (o sea, altera la transmisión aérea), va a notar que la vibración se hace más intensa en el oído que se tapó. De esto podemos concluir, que la vibración se lateraliza hacia el lado en el que existe un trastorno de la transmisión aérea (trastorno de conducción). En personas con compromiso simétrico de la audición, debidos a una misma causa, la vibración no se lateralizará.
Si la persona escucha menos por un oído debido a una enfermedad del órgano de Corti o del nervio auditivo, al efectuar el test de Weber, va a sentir el sonido lateralizado al oído sano (trastorno sensorial).

Test de Rinne:


Consta de dos etapas. Primero se hace vibrar el diapasón y se apoya sobre el proceso mastoides del oído que se esté evaluando: el sonido se va a escuchar durante un tiempo (transmisión ósea). A continuación, mientras el diapasón todavía sigue vibrando (aunque ya vibra más suave), se evalúa cuánto tiempo la persona es capaz de seguir escuchando el sonido al poner el diapasón frente al oído. Lo normal es que por transmisión aérea se escuche un tiempo adicional, más allá de lo que duró la transmisión ósea.
Si existe un defecto de la transmisión aérea (conducto auditivo externo tapado, daño del oído medio), ese tiempo adicional se pierde. En cambio, si la hipoacusia es de tipo sensorial (daño del órgano de Corti o del nervio auditivo), la relación se mantiene (aunque la persona escucha menos y los tiempos son más cortos).


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